“Vendedores de humo”: así definía el Papa Francisco a los que, en otras palabras, “nos venden la moto”.
Son los que nos timan, nos hacen creer que la felicidad está en lo material, en lo superficial, en una belleza equivocada en la que solo es bello el envoltorio, no el interior.
No hay nada peor que el humo: tal como viene de rápido se va y además dejándonos la vista emborronada, sucia, dejando una huella en nosotros que no nos hace bien, al revés, nos hace daño. El humo es peligroso, porque puede ensuciar nuestra alma.
Desde los comienzos de la historia hasta nuestra actualidad más reciente siempre ha habido líderes y modas a los que la población venera sin ningún tipo de consciencia. Como si no fueran los dueños de sus actos y se dejaran llevar por la opinión de la mayoría, vendiendo sus ideales y creencias a unas personas que velan por su propio interés.
Los que abandonan la verdad no escapan hacia algo llamado libertad. Solo escapan hacia otra cosa que llamamos moda. G.K. Chesterton
La vida hedonista es una vida basaba exclusivamente en el placer, es en otras palabras, la búsqueda del placer y del disfrute como fin superior. La felicidad no equivale al hedonismo actual que nos venden, al disfrute por el disfrute sin un fundamento de vida, porque en el fondo no llenará nunca nuestros anhelos.
Hay muchos que, creyéndose dioses, piensan no tener necesidad de más raíces ni cimientos que ellos mismos. Estas tentaciones siempre están al acecho. Es importante no sucumbir a ellas, porque, en realidad, conducen a algo tan evanescente como una existencia sin horizontes, una libertad sin Dios. Benedicto XVI
Me contaron una vez que, mientras un ateo ve el horizonte y no ve nada más, un cristiano contempla en ese mismo horizonte la barca de Jesús que se acerca a nuestra orilla tendiéndonos la mano.
Son vendedores de humo los que nos hacen creer que una vida feliz es una vida sin sufrimiento, sin sacrificio y sin dolor, creando una sociedad emocionalmente débil. Al fin y al cabo, si no amamos con el corazón, nada llegará a hacernos daño.
Es una fantasía Disney (¡como mucho!) creer que podemos salir por completo del drama de este mundo. El propio amor es principio de drama: más amo, más vulnerable soy… El desafío es transformar este drama en testimonio de verdad en la bondad. Fabrice Hadjadj
Algo que he aprendido en los oficios de esta pasada Semana Santa es que se puede ser feliz al pie de la cruz, encarnando estas palabras en la persona nuestra Madre la Virgen María. Se puede ser feliz y recuperar la alegría incluso en el agujero más hondo sabiendo que nos espera una Belleza que salva y sana.
Nos venden el humo cuando nos hacen esclavos de la tecnología, de las redes sociales, de las fiestas, de una vida llena de ruido y de aparente belleza pero vacía. Si estamos acostumbrados a fundamentar nuestra felicidad ahí, en cuanto por cualquier circunstancia nos quitan el poder disfrutar de ello, nos ahogamos. Y nos sentimos vacíos. Nos daremos cuenta que nuestro pilar estaba fundamentado en el humo, en la nada. Y es en este momento cuando nos tenemos que preguntar qué nos hace felices y qué nos aleja de serlo. La manera de discernirlo es buscar el silencio y hacer oración, renunciar algo a nuestros individualismos y egoísmos.
Debes vaciarte de aquello con lo que estás lleno, para que puedas ser llenado de aquello de lo que estás vacío. San Agustín
Los vendedores de humo solo quieren que nuestra vida se base en la mentira, en ideologías y en modas pasajeras. Quieren a personas sin un camino y sin un héroe Verdadero al que seguir.
En el fondo saben muy bien que los cristianos contamos con algo mayor que cualquier ídolo al que podamos seguir: Jesús y la grandeza de la Gracia de Dios.
Jesús no era un iluso que siembra falsas ilusiones, un profeta new age, un vendedor de humo, todo lo contrario: es un Mesías bien definido: con la fisonomía concreta del siervo, el siervo de Dios y el hombre que va a la Pasión y nos enseña el amor verdadero. Papa Francisco
Como dice San Agustín, te invito a que busques solo aquello que te perfecciona.
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Beatriz Azañedo
Publica desde marzo de 2019
Soy estudiante de humanidades y periodismo. Me gusta mucho el arte, la naturaleza y la filosofía, donde tenemos la libertad de ser nosotros mismos. Procuro tener a Jesús en mi día a día y transmitírselo a los demás. Disfruto de la vida, el mayor regalo que Dios nos ha dado.
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Espectacular artículo, se necesita mucha fuerza para no caer frente a los ídolos de este mundo.
Gracias Bea:
Una Existencia sin Horizontes = a Una Libertad sin Dios.