A lo largo de nuestras vidas hemos ido aprendiendo muchas cosas sobre nuestra fe, o al contrario, apenas estamos empezando a aprender de nuestra fe y reconocer ciertas cosas, términos y realidades que nos ayudan a crecer en el Espíritu. Una de ellas es la gracia de Dios, la cual es muy importante y contiene una belleza sobrenatural. ¿Pero qué es la gracia?
La gracia es un don de Dios, una realidad espiritual que Dios infunde en nuestra alma, Dios nos da de su gracia para que podamos recibirle a Él en nuestras almas. Es como si Dios preparara un nido en nuestros corazones para poder habitar en nosotros; de hecho, él habita en nosotros justo cuando nos regala el don de la gracia, y también deja de estar en nosotros cuando perdemos esa gracia que él Señor nos da.
“La gracia divina es invisible pero es la más real y poderosa de las fuerzas.” San Alberto Hurtado
Me gusta pensar en la gracia como una amistad. Dios siendo omnipotente, se acerca hasta nosotros como un niño que quiere entablar una amistad, una relación, un enlace perpetuo, el cual es la belleza de su gracia, su presencia con nosotros. Nos explica que Él puede y quiere hacernos felices, mientras estemos junto a él, mientras seamos amigos podemos ser muy felices. Y lo mejor y más bello es que él siempre quiere ser nuestro amigo, lo único que espera es poder tener una respuesta positiva de nosotros.
Sin embargo, en muchas ocasiones nosotros damos la espalda a su amistad, nos distraemos con cualquier otra cosa; libre y voluntariamente, despreciamos la amistad que Dios nos ofrece, despreciamos su gracia y es ahí donde caemos en el pecado. Pero claro, la historia acabaría muy triste si solamente perdiéramos la gracia sin más, si no pudiéramos recuperarla. Con todo, a pesar de nuestras flaquezas, siempre hay una esperanza, porque Dios tiene un bello corazón que atiende a nuestras necesidades con misericordia, porque Dios siempre está con los brazos abiertos en la confesión, esperando a que volvamos como niños arrepentidos a sus brazos para poder volver a ser amigos.
“La gracia de Dios nos ayuda a andar y nos sostiene. Nos es tan necesaria como las muletas a un lisiado.” Santo Cura de Ars
¿Qué quiere decir entonces: estar en gracia? Significa estar en una amistad íntima y perpetua con Dios, una amistad que nos ayuda y nos sostiene, una amistad que nos ayuda a estar en orden y limpieza en nuestro corazón, una amistad donde reina la belleza del amor de Dios ante los demás. Es importante que podamos volver a ver con nuestros ojos a Dios y veamos como Él está queriendo anidar y habitar nuestro corazón con su gracia, y que podamos reconocer, como dice la palabra de Dios: “Separados de mí, nada pueden hacer.” (Jn 15, 5).
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Diego Esquivel
Publica desde octubre de 2020
Soy Licenciado en Fotografía, Misionero de Corazón Puro Internacional. Camino por todo el mundo, capturando la belleza de Dios.
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