Pentecostés era una de las tres grandes fiestas judías y muchos israelitas peregrinaban a Jerusalén durante estos días para adorar a Dios en el templo. En el origen de esta gran fiesta, daban gracias a Dios por la cosecha del año y más tarde también se recordará en este día la Ley dada por Dios en el Monte Sinaí.
Al cumplirse el día de Pentecostés, estaban todos juntos en un mismo lugar y de repente sobrevino del cielo un ruido, como de viento que irrumpe impetuosamente, y llenó toda la casa en la que se hallaban. Entonces aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas. Hechos apóstoles 2, 1-13
Cincuenta días después de la Pascua, el Espíritu Santo se manifiesta a los apóstoles través de elementos que simbolizan a Dios en el Antiguo Testamento: el viento y el fuego. El fuego aparece como el amor que lo penetra y lo purifica todo. También produce luz y significa la iluminación del Espíritu Santo para entender la Palabra de Jesús. El viento es el soplo que da Vida y fuerza nueva en las almas.
El Consolador, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. Jn 14, 26
El Espíritu Santo les llena de valentía, decisión y fuerza para que, a partir de ese momento, lleven a todo el mundo la luz que les había sido relegada: la Palabra de Cristo.
Esta misión nueva que tienen los apóstoles se les ha sido concedida tras recibir los dones del Espíritu Santo en aquella bella noche de Pentecostés. Con esto vemos que solos no podemos, necesitamos de la Gracia y de los dones para cambiar, poco a poco, el mundo, empezando por nuestro corazón.
Los apóstoles hablarán en otras lenguas para poder transmitir el mensaje de Dios en todas partes del mundo, para que su mensaje llegue a cada persona de forma individual, cercana, en el lenguaje que conoce. Esto nos puede hacer reflexionar sobre cómo evangelizamos nosotros: ¿hablamos a cada persona en su idioma? Con esto me refiero: ¿tenemos un trato personal, cercano, de amigo, y le hablamos de la fe manera que mejor nos entienda? Con el ejemplo, invitándole a rezar, a los sacramentos, o a través de un libro de oración, de música religiosa, de un testimonio…
Aquellos jóvenes que poseídos por la incertidumbre pensaban que había llegado el final, fueron transformados por una alegría que los hizo renacer. Y esta transformación es obra del Espíritu Santo. Papa Francisco, Homilía Pentecostés.
El Papa Francisco señala que no sirve de nada saber que Cristo ha resucitado si no vivimos como resucitados. Es el Espíritu el que hace que Jesús viva y renazca en nosotros y el que nos resucita por dentro. Cuando Jesús se va, llega el tiempo de la confianza, en Él y en la belleza de Sus planes porque:
Dios se ha servido de una cosa desordenada para poner orden en mi vida y realizar sus planes de salvación. Fabio Rosini, El arte de recomenzar.
Los renglones -torcidos o rectos- que hay en nuestra vida, forman parte de la historia de salvación que realiza Cristo en nosotros. Dolor y Gloria van de la mano, y entre medio un Sábado Santo donde nos dejamos hacer por Cristo para que nuestra vida sea Pascual y renazcamos del dolor y del pecado.
Para tener la suficiente Gracia para vivir la vida Pascual, que es la vida nueva que cada uno vive en su corazón, Jesús nos deja los dones del Espíritu Santo:
- la sabiduría es el amor que saborea, gusta y experimenta cuán dulce y suave es Dios.
- el entendimiento es el amor que considera y penetra la belleza de las verdades de la fe, para conocer por medio de ellas a Dios.
- la ciencia, es el amor que nos ayuda y mueve a conocernos a nosotros mismos y a las criaturas.
- el consejo es el amor en cuanto nos hace cuidadosos, atentos y hábiles para elegir bien los medios propios para servir a Dios.
- la fortaleza es el amor que alienta y anima el corazón para ejecutar lo que el consejo ha determinado que debe ser hecho.
- la piedad es el amor que endulza el trabajo y nos inclina a emplearnos cordial y agradablemente y con afecto en las obras que agradan a Dios.
- el temor es el amor cuando nos hace huir y evitar lo que desagrada a Cristo.
¡Sólo hay que rezarle para que nos conceda el más apropiado en cada momento! Os dejo una oración para invocar al Espíritu Santo de San Josemaría Escrivá:
¡Ven, oh Santo Espíritu!: ilumina mi entendimiento, para conocer tus mandatos: fortalece mi corazón contra las insidias del enemigo: inflama mi voluntad. He oído tu voz, y no quiero endurecerme y resistir, diciendo: después…, mañana. Nunc coepi! ¡Ahora!, no vaya a ser que el mañana me falte. ¡Oh, Espíritu de verdad y de sabiduría, Espíritu de entendimiento y de consejo, Espíritu de gozo y de paz!: Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como quieras, quiero cuando quieras…
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Beatriz Azañedo
Publica desde marzo de 2019
Soy estudiante de humanidades y periodismo. Me gusta mucho el arte, la naturaleza y la filosofía, donde tenemos la libertad de ser nosotros mismos. Procuro tener a Jesús en mi día a día y transmitírselo a los demás. Disfruto de la vida, el mayor regalo que Dios nos ha dado.
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Excelente artículo el de Beatriz Azañedo. Me encantó la coherencia y profundidad del contenida tratado. Felicitaciones a la revista por la promoción y facilidsd que brinda a los jóvenes escritores.