Una tarde conversando con mi hermano menor de tan solo 8 años, me preguntó: Angie, ¿Por qué no debemos escuchar música protestante? ¿Qué tiene de malo?
Y quiero compartir contigo lo que le respondí, cabe mencionar que mi respuesta fue de forma metafórica para su mayor comprensión:
– Gerardo dime, ¿a ti te gustaría algún día escalar la montaña más alta?
– Sí, claro, ¿te imaginas Angie?
– Sí, qué impresión solo de pensarlo. Pues mira, imagina ahora mismo que una persona está escalando esa montaña, y casi llegando al punto más alto, donde se siente que conquistas el mundo, algo de pronto lo detiene y por más que intenta no puede llegar a la cumbre.
Mi hermano se quedó pensando un rato, y continué explicándole que, ese punto más alto de la montaña es La Verdad, es Cristo, es la plenitud de nuestra vida como cristianos y que aquella persona que intentaba llegar al destino planeado – la cima de la montaña – era uno de nuestros hermanos esperados, tal como la Iglesia llama actualmente a los protestantes. Pero, ¿a qué quería llegar con este planteamiento? Bueno, desde el punto de vista doctrinal podemos considerar a los protestantes como unos cristianos auténticos, pero con ciertos límites en cuanto a la revelación y a la doctrina.
Así que, teniendo en cuenta lo anterior, tal vez una de las razones principales para no seguir escuchando, promoviendo e interpretando este tipo de canciones es porque como se lee por ahí «Cualquier tipo de canción o canto que lleve “letra” siempre llevará la huella del autor que la compuso», por lo que en el caso de la música que componen los protestantes, sucede también de esta forma, y sí ellos no profesan nuestra misma fe y doctrina, ¿no sería mejor escuchar y cantar lo que hemos recibido de Nuestro Señor, por medio de la Iglesia que Él mismo nos dejó?
Porque la realidad es que, la mayoría de las personas escuchan la música como un acompañante de su día o noche, y si yo escucho la música de nuestros hermanos esperados durante todo el día, en ningún momento voy a escuchar algo, por ejemplo, sobre la adoración eucarística o los sacramentos que son parte importante, esencial de mi fe. Al final, después de meses y meses de estar oyendo solamente estos mensajes, esta doctrina sutilmente va cambiando la mentalidad y en el momento menos pensado le es lógico al creyente convertirse a protestante.
La música, mediante un lenguaje no racional, puede rozar el misterio con más profundidad que cualquier filosofía. Inma Shara
Por lo mismo que ya he aclarado, la tendencia general de la música protestante será más individualista, intimista, fomenta una relación individual con Dios, directa, sin tomar en cuenta la belleza de nuestra Iglesia ni de los sacramentos; tratará de basarse en la sola Escritura, en clave de subjetivismo que traerá después el relativismo, el cual se presenta como «un liberador de todo dogmatismo, y se convierte en un tirano, que convierte al hombre en un objeto manipulable».
Un católico escucha una canción de Dios y se siente bien, se motiva, aumenta su devoción, pero todo eso le va a llevar hacia la Eucaristía de manera más fuerte, en ningún momento se le ocurrirá que ya ha cumplido con Dios por haber sentido un momento de paz, de alegría espiritual, siempre la Eucaristía será su centro de vida religiosa. No somos católicos sin la belleza de la liturgia, no somos católicos sin la Eucaristía.
El cristianismo no será nunca una mera «religión de libro». No, es la revelación del Verbo encarnado, que continúa presente en los signos sacramentales, en la predicación viva, en el testimonio de los creyentes. Nuestra identidad como católicos, nos tiene que llevar a ser hombres de fe, comprometidos para practicar la doctrina, para enseñar la doctrina y sobre todo para dar a conocer su belleza a los que nos rodean, lo que Dios nos ha dado a través de la Iglesia, la única que Cristo fundó.
Tampoco vamos a hacer un anatema, como un rechazo radical de este uso, sino más bien concientizando sobre el límite de su doctrina y ayudar a la gente a madurar en este aspecto, tal vez comenzando por explicar a los grupos, a partir de las mismas canciones, lo que implica su contenido, a lo que nos lleva como Iglesia, etc.
Por último, quiero puntualizar, que si uno de los motivos por los que escuchas o cantas música de los protestantes es por el «ecumenismo», es un grave error, ya que, el ecumenismo que busca la Iglesia consiste en superar las diferencias con los hermanos separados, y a su vez se superen los obstáculos que impiden la perfecta comunión eclesiástica, tal como podemos leer en este decreto de San Pablo VI:
Promover la restauración de la unidad entre todos los cristianos es uno de los fines principales que se ha propuesto el Sacrosanto Concilio Vaticano II, puesto que única es la Iglesia fundada por Cristo Señor, aun cuando son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como la herencia de Jesucristo; todos se confiesan discípulos del Señor, pero sienten de modo distinto y siguen caminos diferentes, como si Cristo mismo estuviera dividido. División que abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo. San Pablo VI, Decreto Unitatis Redintegratio, 1964
¿Por qué en vez de eso no invertimos tiempo y dinero en alabanzas y predicaciones católicas para profundizar en nuestra fe? Busquemos hermanos míos, siempre crecer en nuestra fe, en nuestro amor a Dios, a partir de lo Bueno, Bello y Verdadero.
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