Durante mucho tiempo me pregunté cómo realmente podía poner mis dones y mi profesión como diseñador al servicio de la Iglesia y cómo podría hacer, para que mi profesión también pudiese ser parte de la labor que Jesús nos encargó: evangelizar.
Realmente nunca pensé que mi carrera pudiese tener tanto impacto en la forma de evangelizar, pues pensaba que el diseño simplemente podía aplicarse en la publicidad o en el gusto estético, y no necesariamente en comunicar de una mejor manera el Evangelio.
Sin embargo, esa es la belleza de la Buena Nueva que Jesús nos dejo, que puede encontrarse en lo ordinario, en lo cotidiano.
En la sencillez de tu labor ordinaria, en los detalles monótonos de cada día, has de descubrir el secreto —para tantos escondido— de la grandeza y de la novedad: el Amor. San Josemaría
Diseñar implica realmente no solo un pensamiento creativo sino también un pensamiento lógico, analítico y conceptual, que al final puede trascender de manera espiritual para poder así dar a conocer de una manera más directa el Evangelio y el Magisterio de nuestra Madre Iglesia.
Sin embargo, con el pasar del tiempo, el diseño en general ha sido tergiversado para darle un mal uso, desde la falsa publicidad, hasta el marketing orientado a los desórdenes morales y al pecado.
Es en ese momento en que como diseñador, católico e hijo de Dios, debe entrar el discernimiento y la convicción de lo que creemos. Ha habido momentos en los que implica tener que renunciar a un proyecto o trabajo si va en contra de lo que realmente creo y profeso, puesto que es más fuerte mi anhelo de agradar a Dios que al mundo.
Quizá se pueda pensar… ¿Pero si al final es para ganar el sustento?
Todo me está permitido, pero no todo me conviene. Todo me está permitido, pero no me haré esclavo de nada. 1º Carta a los Corintios 6, 12
Es allí donde debemos meditar en nuestro corazón y a la luz del Espíritu Santo, sobre cómo actuar. Porque si bien dentro de nuestro corazón no hay una mala intención, ¿realmente nos es conveniente?
¿Qué tan beneficioso es para mi alma y para mis creencias y convicciones, para mi fe y mi credo el prestarme a algo que va en contra total de todo ello?
Como experiencia personal, en casos donde he tenido que dejar proyectos o renunciar a trabajos por ello, también he tenido la dicha de ver obrar a Dios con su divina Providencia. Y no es que te anime a ti, que lees esto, a renunciar inmediatamente a tu trabajo si de alguna no hace “click” del todo con tu fe y tus valores como cristiano.
Pero es de todo buen hijo de Dios el pensar, meditar y orar las cosas, pidiendo la ayuda del Paráclito para saber cómo debemos obrar en pro y bien de nuestra alma y la salvación de nuestro prójimo.
Hemos de ser buenos cristianos y honrados ciudadanos. San Juan Bosco
Siempre he pensado que el diseño realmente tiene la capacidad de cambiar nuestro mundo y la manera en que lo vemos; así como lo ha hecho a través del marketing y la publicidad, también puede hacerlo desde la fe.
El arte de poder diseñar por y para Dios, en la Iglesia, ha hecho que a través del tiempo el Evangelio pueda llegar más rápido y con la misma intensidad a muchas más personas que lo necesitan.
Un claro ejemplo de ello es cómo muchos movimientos católicos han crecido gracias a cómo muchos han innovado y se han incursionado en crear diseños más amigables y funcionales para transmitir la belleza de la Buena Nueva de Cristo Jesús y la Iglesia.
Tengo la fe y la convicción en que, mientras muchos más diseñadores enfoquemos parte de nuestros esfuerzos en evangelizar con el don de crear belleza que Dios nos ha dado, podremos ganar más almas para Cristo y lograr llevar hasta el último rincón de la tierra el mensaje de salvación.
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César Retana
Publica desde septiembre de 2019
Salesiano desde la cuna. Le canto a Dios por vocación y por amor. Soy Licenciado en Diseño Gráfico, tengo 28 años, y 20 de ellos en el caminar espiritual con la Iglesia. Me gusta el café bien cargado y los libros.
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Totalmente de acuerdo contigo, muchas veces como diseñadora me he tentado a pensar que mi trabajo es superficial, en el sentido que aparenta y suele confundirse con “engañar” o algo que no es necesario. Pero cómo tu bien lo dices también es una herramienta de comunicación y el evangelio es algo que definitivamente se debe comunicar. Que inspiración me has dado. Bendiciones