Se suele hablar de la soltería como una etapa y muchos niegan que sea una vocación. No voy a entrar en discusión. La verdad es que en este momento, no es necesario concretarlo.
Sin embargo, todos conocemos a personas que hubieran querido casarse y finalmente, por “x” o por “y”, no llegaron a hacerlo.
¿Se puede soltera y feliz?
Mi respuesta es sí. Lo he experimentado yo misma. Aún habiendo tenido novio en el pasado, jamás he sido tan feliz como lo soy actualmente. Ni mi alegría ni la tuya, dependen de una compañía romántica. Hay mucha gente infelizmente casada.
Me explico. No estoy diciendo que no quiera un “compañero de batallas” (por añadir un toque cursi un poco más digno del tema que tratamos). Solo digo que si no llega, mi vida será plena igualmente.
El ser humano está llamado a donarse. Somos felices dándonos a los demás, compartiendo, aportando belleza con lo que somos y tenemos.
De que tú y yo nos portemos como Dios quiere, no lo olvides, dependen muchas cosas grandes. San Josemaría Escrivá, Camino, punto 755
Casados o no casados, sería una actitud egoísta la que nos sentenciaría a una vida en soledad.
No es bueno que el hombre esté solo. Génesis 2,18
No tenemos vocación a nosotros mismos porque, por estar hechos a imagen y semejanza de Dios, es el amor, la entrega, el darnos a los demás, lo que en realidad da sentido a nuestro mundo.
¿Cómo ser soltera y feliz?
Nuestro corazón, entre todos los tesoros que guarda, contiene también nuestros deseos más profundos. Muchos de ellos se comprenden a través del descubrimiento de los dones que poseemos.
Guarda tu corazón con toda cautela, porque de él brotan manantiales de vida. Proverbios 4,23
Todo lo que tenemos, se nos ha sido dado para aportar belleza y glorificar a Dios con nuestra vida. El secreto de la felicidad reside en el poner en práctica nuestros carismas y talentos (tanto de forma profesional como altruista -en un voluntariado, en nuestra familia, en quedadas con amigos… -).
Últimamente, cuando hablo con alguien a quien hace mucho que no veo y me pregunta que tal va todo, mi respuesta ha sido (en resumidas cuentas) la siguiente: “Muy contenta. Con muchos encargos y trabajando en algo que me encanta”.
Tengo la suerte, la oportunidad, de estar explotando mis dones profesionalmente al tiempo que sirvo a Dios (en realidad pienso que todos estamos llamados a hacerlo pero, no pretendo que te replantees tu vida entera en esta artículo… En otra ocasión será). Eso me hace tremendamente feliz.
Él es mi mayor motivo y es más que suficiente para dar sentido a lo que hago, a las decisiones que voy tomando, a mi camino… A partir de ahí, todo lo demás es una añadidura.
Nada te turbe, nada te espante; todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza;
quien a Dios tiene, nada le falta; sólo Dios basta. Santa Teresa de Ávila, Nada te turbe
Justamente ayer, mientras tomábamos algo en un bar, uno de mis amigos que acaba de echarse novia, nos hablaba de la importancia de disfrutar de lo que haces con esa persona con la que sales.
La vida es preciosa, pero está llena de grandes cruces. Durante el noviazgo, es fundamental discernir si te ves compartiendo con esa pareja una noticia como la infertilidad, o un sufrimiento tan grande como podría llegar a ser la enfermedad o incluso la muerte de un hijo.
Se trata de “no imaginarse la vida sin esa persona”, y no de “imaginarse compartiendo la vida con cualquier persona”.
He de decir, que aunque pueda sonar contradictorio, sí soy partidaria de rezar por ese posible futuro esposo. Si está en algún lado, tu compañero de vocación, lucha en este momento batallas que tú desconoces. Lo malo es obsesionarse con eso ¿Sería para tanto si al final no te casaras?
Aprende a quererte. Entiende que la soltería no es un sinónimo ni de “soledad” (de ti depende), ni de “fracaso”.
Ofrece tu vida por amor, día a a día, como el mismo Dios lo hace en cada misa desde su entrega en el Calvario. Vales toda la sangre de un Dios que se entregó por ti y que lo hubiera hecho igualmente aunque hubieras sido la única persona de la tierra.
Habéis sido comprados a gran precio. 1 Corintios 6,20
Estás hecho para cosas grandes. Comparte tus dones para crear belleza y dejar huella, para que no ganen esas voces internar que a veces te susurran que no eres suficiente.
Aprende a ser feliz contigo mismo y sana esas heridas que te hacen creer que necesitas, sí o sí, una persona que te complemente la existencia. Tú vida ya tiene un sentido.
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Mafalda Cirenei
Publica desde marzo de 2020
Suelo pensar que todo pasa por algo, que somos instrumentos preciosos y que estamos llamados a cosas grandes. Me enamoré del arte siendo niña gracias a mi madre, sus cuentos y las clases clandestinas que nos impartía en los lugares a los que viajábamos. Soy mitad italiana, la mayor de una familia muy numerosa y, aunque termino encontrando todo lo que pierdo debajo de algún asiento de mi coche, me dicen que soy bastante despistada. Confiar en Dios me soluciona la vida.
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